7 ciudades para disfrutar de la cultura y el arte
Descubrir el patrimonio artístico e histórico de una ciudad puede ayudarte a absorber su más pura esencia y disfrutarla al máximo. Hemos recorrido toda Europa en busca de destinos sorprendentes o de obligada visita para los amantes del arte.
1) De Madrid al cielo… Del arte
Botanical Garden, MadridMadrid cuenta tanto con algunos de los mejores museos del mundo como con docenas de galerías intimistas, lo que la convierte en destino ideal para los amantes de la cultura. La primera visita tiene que ser a la zona llamada “Triángulo del Arte”, que alberga el impresionante Museo Nacional del Prado, con multitud de obras clásicas entre las que destacan las de Velázquez o Murillo; el Museo Reina Sofía, con sus obras de arte moderno y contemporáneo, entre las que destaca el Guernica de Picasso; y el Museo Thyssen-Bornemisza, con obras de arte de entre el siglo XIII y el XX. Muy cerca del Prado también encontrarás CaixaForum Madrid, una antigua central eléctrica reconvertida en una vibrante área de exhibiciones, conciertos y talleres de arte. Y no puedes pasar por Madrid sin rendir homenaje a uno de sus residentes más ilustres acudiendo al Museo Goya, visitando su tumba en la ermita de San Antonio de la Florida, o admirando algunas de sus obras en el incomparable marco que es el Palacio Real. ¿Te hace una escapada?
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2) Date el capricho de visitar Florencia
Florence, TuscanyFlorencia es una maravilla, un tesoro en medio de la Toscana italiana repleto de una formidable riqueza artística y arquitectónica y que constituye todo un regalo para la vista. ¿Por dónde empezar? No te puedes perder la Galería de los Uffizi, dedicada al arte del Renacimiento, donde podrás ver el famoso cuadro de La Medusa entre otros muchos. En la Galería de la Academia encontrarás al David de Miguel Ángel, una imponente escultura de cinco metros de altura. Sigue tu visita adentrándote en el Palazzo Strozzi, con sus exposiciones de arte en constante evolución, y el Palazzo Pitti, donde se alojan la Galería Palatina, los Apartamentos reales y la Galería de arte moderno. Pero solo pasear por las calles de esta celebérrima ciudad hogar de Da Vinci es un verdadero placer. Admira el Ponte Vecchio del siglo XIV y los remeros del río Arno, la catedral con su duomo de Brunelleschi, el campanario de Giotto y la basílica de Santa Maria Novella.
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3) Retrocede en el tiempo en Lyon
La tercera ciudad más grande de Francia consolidó su relevancia gracias a la inauguración de su famoso museo de ciencia y antropología, el “Museo de las Confluencias”, en 2014, así como gracias al pujante arte urbano que llena de dinamismo el histórico barrio de la seda de Croix-Rousse. Pero los encantos de Lyon se remontan a mucho antes. Solo tienes que darte un paseo por el casco antiguo, declarado patrimonio de la humanidad, con su catedral y traboules (pasadizos), para comprobarlo. La herencia romana se hace evidente en la basílica de Notre-Dame de Fourvière (donde antes estaba el foro romano) y en el Museo de la Civilización Galo-Romana. Y por si no fuera suficiente, todavía tienes el Museo de Bellas Artes (el mayor museo de bellas artes de Francia fuera de París) y el Museo de Tejidos y Artes decorativas. Recorre el mercado dominical de arte Marché de la Création y tráete a casa tu propia obra maestra.
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4) Sumérgete en la historia de la dinámica Berlín
Berlín cuenta con un vibrante ambiente de arte contracultural y contemporáneo; sin embargo, la capital alemana es también un lugar ideal para sumergirte en su historia, ya sea judía (el museo judío Jüdisches Museum, la sinagoga Neue Synagoge, y el monumento a las víctimas del holocausto), monárquica (palacio de Charlottenburg), o de diseño (el Museo Bauhaus). Muchos de los principales lugares de interés en Berlín están agrupados en la “Isla de los museos”, donde encontrarás el museo de antigüedades Altes Museum; el museo Neues Museum, con sus colecciones de arte egipcio, prehistórico y de historia temprana; la Nationalgalerie, dedicada al arte del siglo XIX; y el museo Bode Museum de antigüedades, escultura y arte bizantino. Del mismo modo, el Kulturforum alberga varios de los más importantes museos de arte, así como el palacio de conciertos Berliner Philharmonie. Tampoco puedes dejar de recorrer el muro de Berlín. En definitiva, que te traigas unas buenas zapatillas, porque ¡no vas a parar!
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5) Estimula tu intelecto en Edimburgo
Elegante, distinguida y rebosante de historia, la capital escocesa es famosa en todo el mundo por albergar el mayor festival callejero del mundo. Eso sí, te recomendamos visitarla cuando esté menos concurrida, dado que seguirá siendo un lugar ideal en el que nutrirte intelectualmente y pasártelo en grande. En tu visita puedes aprender sobre historia militar y monárquica en el icónico castillo de Edimburgo (donde se encuentra el Museo Nacional de la Guerra) y en el palacio de Holyroodhouse (residencia de la reina cuando visita la ciudad), o visitar las obras maestras de la Galería Nacional de Escocia, la Galería Nacional de Arte Moderno y la Galería Nacional de Retratos. En el monumento a Scott, puedes rendir honor al escritor escocés Sir Walter Scott y, si te animas, subir sus 287 escalones para disfrutar de unas espléndidas vistas de la ciudad y del campo. Y, por supuesto, podrás reponer fuerzas en sus numerosos pubs o comprarte una bonita falda escocesa. ¿Te animas?
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6) Date un baño de belleza en Budapest
Matthias Church, BudapestUn viaje a la capital húngara no debe limitarse a bañarse en sus famosos baños termales; si te lo propones, encontrarás tesoros artísticos por todas partes. Entre los lugares más importantes se encuentra el imponente edificio del parlamento húngaro a la orilla del río, donde se conservan las joyas de la corona húngara. Desde aquí, cruza el Danubio a través del icónico puente de cadenas para descubrir el encantador castillo de Buda y el circundante barrio del Castillo, declarado patrimonio de la humanidad por sus edificios medievales, barrocos y del siglo XIX. En cuanto al arte, la historia y la arqueología, el Museo Nacional de Hungría no tiene rival; el Műcsarnok (Salón de arte) está dedicado a obras contemporáneas, al igual que la Galería Várfok, sin olvidarnos del Museo de Artes Aplicadas.
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7) Revoluciona tu concepto del arte en San Petersburgo
El primer punto de destino de la mayoría de los visitantes de la segunda ciudad de Rusia es el fastuoso Hermitage, el mayor museo de arte del país, fundado en 1764 por Catalina la Grande, que incluye la Fábrica Imperial de Porcelana. Después de recorrer sus aproximadamente 400 salas de exhibición (sí, has leído bien), necesitarás un descanso (quizás hasta de unos días) antes de plantearte una visita al siguiente museo de la ciudad, el Museo Ruso, que alberga la mayor colección del mundo de arte ruso. A escala más pequeña, pero igual de irresistibles, están el Museo Erarta y las Galerías de Arte Contemporáneo. Pero si lo que te interesa es la expresión corporal, podrás disfrutar de excelentes representaciones de ballet y ópera en el imponente Teatro Mariinsky o asistir a una obra de teatro en el Teatro Alexandrinski. El palacio Peterhof es la opulenta respuesta de Rusia a Versalles, mientras que el Museo Ruso del Vodka no necesita mayor explicación. Escojas lo que escojas, ¡prepárate para disfrutar a lo grande!