Somos una familia con una niña de tres años y un bebe de 6 meses que hemos estado en la casa 5 días. Las dos mejores cosas de la casa son la tranquilidad, puesto que no hay nada a más de 200 metros alrededor y el trato de la dueña, Orfelina. El jardín está muy bien para que jueguen los niños porque esta cercado. La casa tiene todo lo necesario: vajilla, cubertería, vitrocerámica, sartenes, sabanas, toallas, útiles de limpieza… El baño es de ducha, pero Orfelina nos prestó un barreño bastante grande para bañar a nuestro bebe y ya de paso se bañó nuestra hija (mide 1,10m). Metimos el balde en la ducha, cerramos la mampara y nuestra hija disfruto muchísimo chapoteando en el barreño. En la cocina a parte de la vitroceramica, hay una cocina estilo bilbaína con leña que es muy útil para calentar la zona de la cocina (sino se enciende la cocina puede ser un poco fresca). Las camas son muy cómodas y dos de las tres habitaciones tienen radiadores eléctricos. Lo único que no tiene es cuna, puesto que la dueña prefiere que algo tan delicado higiénicamente lo lleven los padres, nosotros fuimos con nuestra cuna de viaje,un colchón de cuna,las sabanas y el nórdico de la cuna.
En Pravia a 10 minutos en coche hay un Alimerka con aparcamiento gratuito donde se puede comprar todo lo necesario. La casa tiene absolutamente de todo excepto aceite, vinagre, azúcar o sal, pero no es una pega, porque estoy seguro que hay mucha gente que se quejaría y podría ser un problema sanitario el tener ese tipo de cosas previamente usadas por otras personas.
La situación de la casa es bastante buena para hacer excursiones como la visita al centro de aves (20 minutos), a la granja de Amalio(35 min), al museo de la minería (40min), a la playa (20 minutos)…
Solo agradecer a Orfelina su trato y asegurarla que volveremos (nos dijo que estos comentarios se los leía su hija).