La casa rural tiene como núcleo una antigua casa de labranza de más de 100 años, con muros de tapiales (barro compactado con una anchura de más de 60 cms) y la cubierta abuhardillada con artesonado de madera. El resultado es un salón muy acogedor por la madera que lo decora, desde el techo hasta los muebles. Las estancias se distribuyen en dos plantas, en la primera están todas las habitaciones comunes y dos dormitorios y en la segunda los otros dos dormitorios en un espacio abuhardillado también muy acogedor por tener el techo de madera.
En la casa se combina mobiliario antiguo con moderno siempre primando la comodidad de los usuarios.
El porche y el patio permiten disfrutar del aire libre y hacer vida fuera, con sombra y espacio suficiente para comer fuera de la casa y que los niños puedan jugar libremente. Todo estos espacios exteriores son de uso exclusivo de los clientes.
Por último, la casa está dotada de garaje para dos coches.