El Palacio rural de Etxauri, llamado Enarazai, es una bella propiedad cuyos muros de piedra se remontan a la época medieval en contraste con sus paredes interiores, totalmente rehabilitadas, de las que cuelgan numerosas obras de arte contemporáneo. Si las paredes hablaran Enarazai nos contaría un sinfín de historias, algunas sucedidas aquí, y otras contenidas en los miles de libros que alberga la casa, de arte y literatura, ordenados en tres grandes bibliotecas independientes.
La casa dispone de tres plantas, la planta baja está orientada hacia a un gran patio, con porche cubierto y pequeño jardín del que se puede disfrutar la mayor parte del año, desde principios de la primavera hasta bien avanzado el otoño. En el jardín se encuentra un bonito pozo con brocal de piedra, cerrado con la forja artesana del taller del pueblo, bajo cuyas paredes discurre un manantial natural; destaca también el gran portalón de roble que una vez abierto permite ver una fantástica panorámica sobre el valle de Etxauri, con los viñedos de Otazu como protagonistas. Además de bancos y tumbonas de madera para poder pasar un rato de recreo, este espacio ofrece mesa, sillas y barbacoa portátil para 12 persomas. Junto al porche existe un cuarto office con un gran fregadero y menaje de cocina para las comidas en el exterior. En esta misma planta se encuentra una habitación de dos camas de inspiración rústica, con suelo de piedra y puerta de doble hoja de roble que se abre al jardín, su cuarto de baño tiene una encantadora bañera de patas, el resto del mobiliario del baño, lavabo, bidé e inodoro, son igualmente de diseño antiguo. Justo en frente de esta habitación, al otro lado del jardín, encontramos un taller de arte, con la posibilidad de que los huéspedes hagan uso de él; éste taller tiene una gran biblioteca monográfica de Goya, con volúmenes en diferentes idiomas, muchos de ellos en alemán.
La planta primera es la planta principal de la casa, en ella se encuentran dos dormitorios dobles, cocina, comedor, salón y la gran biblioteca de arte. Destaca la solidez del entramado de vigas de roble de su techo, y el atractivo recorrido visualmente abierto de toda su estructura; los suelos son igualmente cálidos gracias a su entarimado de roble. Dos grandes ventanales se abren en esta planta hacia el valle, uno en la gran habitación con cama doble y otro en el lado opuesto, en la parte final de la biblioteca que corresponde al despacho. El espacio es abierto, comienza en el comedor con una mesa de tres metros de roble antíguo, y continúa hacia el salón, enmarcando ambos espacios un panorámico ventanal corrido que abre la vista hacia el Valle de Etxauri, con el río Arga y las huertas del pueblo en un primer plano, y los viñedos de Otazu, bodegas, Señorío de Otazu y Señorío de Eriete al fondo. La parte final del salón es lo que confiere el mayor atractivo y singularidad de esta casa que es la gran biblioteca que se abre al taller en un espacio de doble planta, con enciclopedias y monografías de diferentes épocas y autores de la historia del arte; una completísima biblioteca, llena de láminas de gran calidad para poder sumergirse en las más bellas obras creadas a lo largo de la historia de la humanidad. Los libros están clasificados y fotografiados para su orden y control, y disponibles a la consulta y disfrute respetuoso de los huéspedes. En esta planta principal se encuentran la mayor parte de los cuadros de arte contemporáneo y otras obras de arte tribal, éstas últimas coleccionadas como recuerdo de viajes por Africa y Sudamérica.
Y finalmente, encontramos la última planta, que es la que corresponde al piso más alto de la torre medieval. Se trata de una tercera biblioteca con deambulatorio o doble piso convertida en dormitorio; está diseñada para cuatro plazas, con dos camas individuales y una romántica cama doble con dosel. El nombre de esta habitación llena de literatura es opcional: "la habitación de la torre" que es el nombre fácil