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10/10 Excelente
FERNANDO A.
17 de sept de 2012
Alojamiento rural en Irlanda
Con mi mujer, mis dos hijos de 10 y 13 años y mi hermano, estuvimos alojados durante seis días en una de las casas que integran la propiedad, en concreto la de seis camas, y fueron muy tranquilos y agradables. La vivienda contaba con dos dormitorios con una litera y una cama cada uno, cuarto de ducha, aseo y salón con concina, con todo el menaje necesario y caldera de gas para agua caliente y calefacción; es decir, cuenta con todas las instalaciones necesarias para hacer vida de forma independiente, puediendo también optar por contratar desayuno y/o cena los días que se deseen y que sirven los propietarios en la zona de estar-comedor común con la que cuentan, en la cual además se dispone de wi-fi de libre acceso. La propiedad es muy recomendables para todos aquellos que busquen un alojamiento tipicamente rural e irlandés y gusten de actividades al aire libre, pues está situado en el campo al sur de Irlanda, en el límite entre los condados de Cork y Kerry (valle del río Lee) y a tan solo 1,2 Km de lago Allua (uno de los varios que existen a lo largo del cauce del río), que se puede recorrer en canoa o bote (a remo o motor), así como organizar jornadas de pesca en el mismo; todos los medios necesarios para ello pueden ser contratados con el propietario a unos precios muy razonables (incluso transporte), así como montar a caballo o en bicicleta. En conjunto, la relación calidad/precio es bastante buena.
El paisaje de la zona es precioso y tipicamente irlandés, estando además ubicado a mitad de camino entre Cork y Killarney, de forma que desde el mismo se pueden realizar visitas o excursiones a las poblaciones o parajes más famosos y bonitos del suroeste de Irlanda. Tan solo abvertir que, siendo recomendable disponer de coche para recorrer la zona, además de conducir siempre por la izquierda (tal y como me recordaba Greg todos los días), hay que tener en cuenta que el ancho de la mayoría de carreteras rurales (que son a su vez las más "abundantes") es inferior al que estamos acostumbrados en España, por lo que es necesario conducir con gran precaución y siempre pendiente de la distancia a los márgenes; en relación con ésto, hemos de decir que quedamos impresionados y muy agradecidos con la ayuda que recibimos de varios conductores irlandeses ante un llantazo que sufrimos.
Por lo demás, tan solo indicar que Greg y su mujer, los propietarios, fueron extraordinariamente amables y atentos, simpre dispuestos a atendernos en lo que solicitábamos.