Somos una familia grande, y 14 personas nos hemos alojado estos días en Castronuño. El pueblo es un enclave muy especial, y pudimos disfrutar de un paseo por una de las sendas muy agradable. Con respecto de la casa, es cálida y acogedora, está bien decorada y dotada de algunos rincones con especial encanto. Todas las habitaciones tienen su propio baño, y las camas son maravillosas. Además, algo a reseñar es lo limpio que nos encontramos todo. El apartamento superior al que se accede por unas escaleras es espacioso, cómodo e independiente, además de estar equipado con todo lo necesario. Hay un patio inferior muy bonito, y uno trasero con un porche y barbacoa, así como espacio para relajarse, sentarse y comer, donde se está muy agradable. Además, el desayuno y los bizcochos que nos dejaron eran deliciosos. Por si fuese poco, fuimos recibidos con gran hospitalidad en unos viñedos propiedad de la familia, donde además pudimos catar y degustar vinos de cosecha propia muy prometedores. La experiencia es de diez, ha sido una estancia estupenda!